
El domingo 6 de abril, desde las primeras horas de la tarde, los pasillos de Tecnópolis comenzaron a poblarse con miles de personas que llegaban para vivir la segunda jornada del Quilmes Rock 2025. Con pasos apurados, banderas en alto y remeras con nombres que ya son historia, y también nuevas promesas, el predio de Villa Martelli se transformó en un punto de encuentro y celebración. La emoción se hizo presente en cada rincón: hijos cantando a viva voz canciones que sus padres alguna vez lloraron, adultos volviendo a sentir la música de su juventud, y artistas que rindieron homenaje a quienes ya no están.
Billboard Argentina estuvo presente para vivirlo junto al público y registrar los momentos inolvidables de una jornada que sumó nuevas páginas a la historia del festival.
Serú Girán revivió con Trueno en escena
Uno de los momentos más destacados del segundo día fue el homenaje a Serú Girán. David Lebón y Pedro Aznar, miembros originales del grupo, subieron al escenario para rendir tributo a lo que fue la primera banda argentina “de estadios”. El repertorio abrió con una interpretación de “Canción de Alicia en el país”, abriendo paso a un repertorio de canciones que fueron cantadas por una multitud que reconoció en ellas parte de su propia memoria cultural. A lo largo del set, se sucedieron himnos como “Nos veremos otra vez”, “Noche de perros” y “Seminare”, la encargada de cerrar la noche.
El tributo incluyó presentaciones especiales que enriquecieron aún más la propuesta. La cantante Sandra Mihanovich aportó su voz en una de las interpretaciones más emotivas de la noche, mientras que Juanito Moro, hijo del legendario Oscar Moro, se sumó a la celebración familiar desde la batería. A su vez, Dante Spinetta fue invitado al escenario por Lebón, quien lo presentó como su “sobrino”, para cantar “Mundo Agradable”. El broche final llegó con Trueno, quien sorprendió con un freestyle sobre “No llores por mí Argentina”, en el que improvisó versos con una mezcla de gratitud, identidad y conciencia social.
Los Ratones Paranoicos: rock sin fecha de vencimiento
El cierre fue puro rock and roll. Los Ratones Paranoicos, que parecían salidos de una película de archivo gracias a las imágenes vintage que precedieron su show, demostraron que el tiempo les dio sabiduría pero no les quitó fuerza. “Ceremonia en el hall”, “Isabel”, “Sucio gas” fueron la apertura perfecta para un repertorio plagado de clásicos. Tras la primera trilogía llego el invitado estrella: Piti Fernández, quien hacía unos minutos se encontraba en el escenario junto a Las Pastillas del Abuelo, para interpretar "Ya morí”.
Juanse, con su mística inalterable, puso a girar al público con “Rock del gato” y “Sigue girando”. “Viva el rock”, gritó antes de dejar caer la cortina y retirarse del escenario. Y cuando en la pantalla apareció un cartel que decía “Nos vemos en 2027”, nadie supo si era broma, promesa o amenaza. Pero en el universo de los Ratones todo es posible.


Los Fabulosos Cadillacs: familia, cumbia y descontrol
Tras el tributo a Serú Giran, el escenario Rock estalló con la aparición de Los Fabulosos Cadillacs, que volvieron a demostrar por qué siguen siendo una máquina de generar euforia y emoción. Desde los primeros temas “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, la banda se adueñó del lugar. Con clásicos como “Demasiada presión”. “Saco azul” y “El genio del dub”, la fiesta fue creciendo hasta alcanzar un clímax emotivo con “Vasos vacíos”, donde Vicentico compartió micrófono con su hijo Florián, guitarrista de la banda.
La noche también tuvo lugar para las sorpresas. Pablo Lescano irrumpió en escena para versionar “Padre nuestro” en clave de cumbia, convirtiendo el pogo en una verdadera fiesta popular. Más tarde, Santiago Motorizado sumó su voz en “Nro. 2 en tu lista”. Y por último, el cierre estuvo a la altura del viaje: “Matador”, uno de los hits del grupo, fue interpretado junto a La Bomba de Tiempo, coronando una presentación que confirmó una vez más que la “Cadillacsfera” no se detiene.
Los veinte años de El Mató
Pasadas las 17:30, la imagen de Santiago Motorizado con una remera de Gabriel Batistuta en la pantalla gigante avisó que era el turno de El Mató a un Policía Motorizado. Desde el arranque con “Sábado”, “Un segundo plan” y “Diamante roto”, la banda estableció esa atmósfera introspectiva que sabe tocar las fibras del público más allá del volumen o el show de luces. Después de una seguidilla de temas, llegó una de las joyas del día: Nina Suárez volvió al escenario para sumar su voz en “Terrorismo en la copa del mundo”, una especie de crossover generacional que pareció cerrar un círculo.
Celebrando dos décadas de trayectoria, el grupo platense recorrió diferentes etapas de su discografía, pero el punto de inflexión llegó con “La noche eterna”, que marcó el inicio del pogo. La intensidad aumentó con una potente seguidilla conformada por “El tesoro”, “Yoni B” y “Chica de oro”, para culminar con “Mi próximo movimiento”.

Dante Spinetta: groove, herencia y baile
Cuando el sol empezaba a caer, Dante Spinetta encendió el escenario Quilmes con un vendaval de groove. Enfundado en elegancia funky, acompañado por su banda, hizo de su show una especie de cátedra sensual y energética. Con temas como “El lado oscuro del corazón”, “Starlight”, “Humo digital” y “Mostro”, se encargó de que nadie se quedara quieto. Sobre el cierre, protagonizó uno de los momentos más emotivos de la jornada al invitar al escenario a su hija Vida para interpretar juntos “Olvídalo”, antes de despedirse con una instrumental que dejó al público con ganas de más. La escena pareció sellar el espíritu heredado que atraviesa la música argentina, tal como señaló Lebón durante el homenaje a Serú: “Parece que lo de Dante es de familia”.
El homenaje a Spinetta y Charly de Conociendo Rusia
Mateo Sujatovich, con Conociendo Rusia, fue uno de los encargados de custodiar ese puente entre lo nuevo y lo viejo. En su set, que comenzó alrededor de las 18:00 en el escenario Rock, hubo lugar para los hits que ya lo posicionan como referente de la nueva canción argentina – "Cinco Horas Menos", "Cabildo y Juramento", "Se me hizo tarde" y "Tu encanto" – pero también para un momento de comunión total al interpretar “Rezo por vos”, ese himno de Spinetta y Charly García que volvió a sonar como señal de continuidad.
